David Faitelson / Tiempos mejores David Faitelson (01 octubre 2024)

 

Nadie, ni siquiera yo, puedo sustraerme de la gran noticia del día: ¡Tenemos a una mujer como presidenta!

Y eso nos conduce, directamente, a un tema ampliamente desarrollado y discutido como lo es el papel de la mujer en el deporte mexicano, donde, me parece, siguen existiendo graves rezagos, ausencias y hasta una notoria discriminación de género.

Dejemos de lado a los atletas que no actúan en deportes profesionales -los que difícilmente devengan algo producto de su especialidad-. Las clavadistas, las tiradoras con arco, las nadadoras, las atletas de pista y campo tienen sus propias carencias y necesidades, pero ellas dependen del presupuesto que el gobierno destina para el deporte de alto rendimiento y de lo poco o mucho que pueden obtener a través de la iniciativa privada. Vamos a dejarlas de lado a ellas. Sus problemas, aunque igualmente profundos e importantes, son distintos.

En el deporte más popular del país, el futbol, el salario promedio general de las jugadoras se ha elevado, pero no existe nada sobre un salario base, no hablo del salario mínimo establecido para cualquier trabajador en el País, sino un salario base determinado por la propia Liga para asegurar a las futbolistas más desprotegidas. Cuando la Liga pueda acordar con los clubes esa cifra, existirá una base más solida para el crecimiento de nuestro futbol femenino.

"Tenemos una asignatura pendiente en ese sentido", me dijo la semana pasada la presidente de la Liga MX Femenil, Mariana Gutiérrez. "Lo que sí te puedo asegurar es que, en cuestiones laborales, hombres y mujeres tienen las mismas facilidades para hacer su trabajo".

Ello significa que las diferencias de antaño han ido desapareciendo. Las concentraciones, campos de entrenamiento, gimnasios, hoteles, viajes y obviamente estadios, salvo excepciones donde, por ejemplo, equipos como Cruz Azul y América, deciden no abrir su estadio principal y jugar en sus instalaciones.

El futbol no es el único deporte donde la mujer está alejada de un salario que le aproxime a la igualdad de género. En el boxeo, por ejemplo, hay una distancia abismal con las "bolsas" que se manejan entre los varones. Los promotores dicen que el tamaño del negocio es diametralmente distinto, pero la boxeadora profesional y campeona del mundo, Mariana Juárez, objeta: "Entrenamos igual, tenemos que alimentarnos de la misma forma, tenemos las mismas necesidades familiares y nuestro salario es vergonzoso con respecto a lo que les pagan a ellos".

Este año, la Liga Mexicana de Beisbol, por iniciativa de su presidente, Horacio de la Vega, lanzó la liga profesional de softbol femenino. Solo seis de los 20 clubes que conforman la Liga Mexicana de Beisbol se unieron a esta iniciativa. Se espera que, en el 2025, esa cifra crezca.

Los salarios en la primera temporada del softbol profesional fueron bajos. Una estrella del equipo ganaba hasta tres mil dólares mensuales. El sueldo promedio rondaba los 25 mil pesos mensuales y algunas jugadoras decían: no me pagues, solo déjame ser parte de esta nueva aventura. Las softbolistas cobraban viáticos y eran apoyadas con hoteles y transporte.

"Nosotros estamos conscientes de que necesitamos aumentar año con año las expectativas de esta Liga", explica De La Vega. "No podemos obligar a los clubes a participar, pero sí a concientizarles y a advertirles que esto, a la larga, puede ser un gran negocio".

Es evidente que hay un largo camino por recorrer en camino a la igualdad de género en el deporte profesional mexicano. Las mujeres siguen lejos de la oportunidad de tener un salario digno que les ayude en una carrera deportiva que es corta y donde necesitan dedicarse al cien por ciento a ella. Hoy es un día de fiesta, orgullo y esperanza en el país. Tenemos una mujer presidenta, a una mujer inteligente, preparada y dotada de una gran personalidad y sensibilidad. Estoy seguro de que vendrán tiempos mejores.

X: @DavidFaitelson_