Francisco Javier González / ¿Se va a esconder Concacaf? Francisco Javier González (07 noviembre 2024)
A principios de este año, el presidente de la UEFA, Alexander Ceferin, declaró al "Telegraph" de Londres que la multipropiedad es el problema más grande que enfrentan, sin haberle encontrado una solución.
La entrevista fue a propósito de que un mismo grupo de inversionistas tenía el 100 por ciento de las acciones del Manchester City, y el 47 en el Girona. Además estaba interesado en adquirir jugadores del Newcastle.
El problema es mayor en cuanto el futbol es más globalizado y pueden coincidir clubes de los mismos propietarios -con el claro conflicto de intereses- en la misma competencia.
Girona y City compiten en la actual Champions League, tal y como sucede con el Salzburgo y el Leipzig, ambos propiedad de la marca Red Bull.
La primera gran polémica se suscitó entre estos dos clubes de la empresa de bebidas energéticas: compartieron grupo en la Primera Fase.
UEFA permitió su concurso tras obligarles a garantizar que no podían realizarse intercambio de jugadores fuera de las reglas de mercado, traspaso de acciones y todas las medidas posibles.
La solución no dejó satisfecha a muchas partes involucradas, porque no se evitaba algo que el propio Ceferin reconoce: que el torneo pierda su percepción de integridad al dar posibilidad a manipulaciones. "El día que se piense que esto está arreglado, perdemos todo".
La reproducción de la multipropiedad es similar a la de los conejos. Nadie se dio cuenta bien a bien cuándo nacieron tantos. Actualmente hay 70 grupos en el mundo que la ejercen.
En algunos casos, los dueños tienen propiedades en diferentes deportes y países. En menor medida sucede lo que en la misma Liga, como sí ocurre en México.
Existe un retraso en la publicación de reglamentos, pero hay un responsable del que no se habla: Concacaf.
La Confederación es la que regula las bases de calificación de su propia zona. Si una Liga permite multipropiedad por los motivos que sea, el organismo regional tiene la obligación de que la manera de disputar los puestos no deje lugar a dudas. Regular, condicionar, acotar. Como UEFA ha tratado de hacerlo. No puede agachar la cabeza y fingir que no pasa nada.
Las teorías de conspiración que inundan los medios y las redes son sólo eso: hipótesis. Al Ahly de Egipto y Al Hilal de Arabia Saudita tienen el mismo problema. Pertenecen a diferentes países, pero al mismo dueño.
Si uno de los equipos de Grupo Pachuca es apartado del Mundial de Clubes, Columbus Crew es quien debería tomar su sitio por justicia deportiva.
La papa caliente no la tiene que decidir ni la FIFA ni la FMF. Es la mencionada Concacaf, que puso las bases de clasificación y quien tiene que darle cuentas al máximo organismo y proponer una solución.
Las investigaciones para saber la relación entre los cuatro clubes involucrados llevarán a una conclusión evidente: es claro que existe un conflicto que amenaza la percepción de legalidad.
X: @FJG_TD
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