San Cadilla / El sello de Lapu (27 octubre 2025)
El sábado nos golpeó mucho la noticia del fallecimiento de Manuel Lapuente.
Sus incuestionables logros deportivos lo ponen en un lugar único en la historia del futbol mexicano; sin embargo, hoy quiero recordar varias pequeñas estampas que ojalá y le den una dimensión a su grandeza como ser humano:
· La frase favorita de Lapuente cuando alguien intentaba llevarle la contraria era: "Vamos a ver, vamos a ver", la cual volvió un clásico, entrañable entre quienes lo trataron durante años.
· Constantemente se prestaba al diálogo con periodistas, jugadores y directivos, pero cuando lo llevaban al límite decía: "¡hasta aquí!", otra de sus expresiones "marca registrada".
· Cuando entrenaba al Necaxa, los lunes el equipo iba a la "Pista del Sope" en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. Le encantaba ese circuito para que sus futbolistas sudaran fuerte. Él ocupaba una de las sillas de un local en el que vendían jugos, licuados y tortas de jamón con bastante aguacate -esas eran su perdición-. Mientras daba alguna entrevista paladeaba su bolillo pequeño, le ponía sal y luego daba paso a la charla.
· Nacho Ambriz le debe gran parte de su recuperación al "Hombre de la Boina"; el hoy DT del León contó en entrevista que al percatarse de su problema con la bebida, Lapuente le dijo que lo llevaría a una "granja" para desintoxicarlo, pero el volante prefirió buscar ayuda en AA e inició su proceso de rehabilitación, apoyado por las frases de aliento de su entrenador.
· Lapu le enseñó a Ricardo Peláez a ser paciente y aprender a jugar en el área, siempre le dio consejos para que su vida familiar fuera plena.
· Lapuente era un hombre muy disciplinado y lo mismo exigía de sus jugadores, por ello las anécdotas y los buenos recuerdos fluyeron entre decenas de los que lo conocieron y que lo llaman maestro de manera respetuosa. Cuando inició como entrenador, se pegó a Nacho Trelles, de quien aprendió muchos conceptos. Un día comentó que ojalá pudiera poseer toda la sabiduría del viejo "zorro".
· A Luis Hernández estuvo a punto de expulsarlo en una gira previa al Mundial Francia 1998, tras sorprenderlo en plena indisciplina en el hotel de concentración. El "Matador" trató de engañarlo, pero Lapuente no cayó. Durante varias horas dudó en sacarlo o mantenerlo del equipo, hasta que Pável Pardo y el resto de los integrantes del Tricolor abogaron por el goleador. Lapuente les concedió la permanencia de Hernández pero les hizo sentir que era responsabilidad de ellos y no porque fuera deseo de él. Ese gesto generó la unión que más tarde hizo que el Mundial fuera inolvidable para el Tri.
· Además de su título de Liga, en el América todos lo recuerdan por la famosa diadema con la que dirigía al equipo, dándole instrucciones a su auxiliar, Víctor Manuel Aguado, pero también por varias frases que se volvieron parte de la historia azulcrema; "¿Quieren espectáculo?... vayan al circo", previo a ganar la corona del Verano 2002, y la de "Sí, es un fracasototote" cuando las Águilas no alcanzaban la clasificación.
Descanse en paz, don Manuel Lapuente.
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