San Cadilla / Quitados de la pena (18 junio 2025)
Aunque se ha hecho realidad el sueño de la afición de Pumas de ver fuera a Robert Ergas y Rogelio Funes Mori, el error de darles contratos largos le puede costar caro, literalmente, en los próximos meses.
Ninguno de los dos viajó a la pretemporada auriazul en Playa del Carmen y en este momento se encuentran cómodamente instalados en sus casas, viendo el Mundial de Clubes por la tele.
Funes Mori de plano se regresó a Monterrey y Ergas se encuentra en la Ciudad de México. Por lo visto a ninguno le corre prisa por encontrar un nuevo equipo, pues al fin y al cabo, al tener contrato vigente, Pumas tiene la obligación de pagarles puntualmente sus quincenas aunque no muevan ni un dedo.
Así han de estar de preocupados por su futuro que le dejaron la chamba a sus respectivos representantes.
En el caso de Ergas, no sería primera vez que deje de jugar, pues antes de llegar a Pumas estuvo siete meses sin disputar un solo encuentro oficial, por problemas contractuales con el Defensor Sporting. A este compadre le resta un año de contrato y aunque le andan buscando acomodo en Sudamérica, nomás no llega ningún incauto que lo fiche y la amenaza de que se convierta en un lastre para la nómina universitaria crece conforme pasan los días.
Y de Funes Mori mejor ni hablamos, porque en su caso ni las moscas se han acercado...
QUÉ CALOR...
Entre las bajas entradas por culpa de la política migratoria de Donald Trump que tiene en vilo a miles de inmigrantes aficionados al futbol, el interés dispar de acuerdo a la sede y los rivales, resulta que hasta el clima le está sacando canas verdes a la FIFA en el inicio del Mundial de Clubes.
El pasado domingo, el PSG, flamante campeón de la Champions League, se midió al Atlético de Madrid en el Estadio Rose Bowl de Pasadena, California, inmueble que fue muuuy criticado por varios de los asistentes.
Uno de los principales problemas fue que el partido se jugó poco después del mediodía, con el sol californiano pegando a todo lo que daba y una temperatura de más de 30 grados.
Básicamente, la mayor parte de los aficionados se estaba rostizando, por lo que algunos, de plano, optaron por salirse del partido mucho antes de que acabara.
Por redes sociales circularon videos de muchos fanáticos saliendo del Rose Bowl muy molestos, diciendo que no se podía ver futbol así, porque además, varias de las tiendas y servicios del estadio no estaban en funcionamiento, lo que hacía aún más difícil soportar el calor.
La situación incluso generó molestia entre los futbolistas. El que más llamó la atención por su queja fue el colchonero Marcos Llorente, quien aseguró que "Me dolían las uñas de los pies, no podía frenar"... Aunque yo me pregunto si habría dicho lo mismo si el Atlético no hubiera sido arrasado 4-0 por los muchachos de Luis Enrique.
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