Jorge Suárez-Vélez / Esto apenas empieza Jorge Suárez-Vélez (19 junio 2025)
Jorge Suárez-Vélez / Esto apenas empieza
en EL NORTEA la memoria de Isabel Turrent, de quien siempre aprendí.
Recientemente se publicó "Zbig: La vida de Zbigniew Brzezinski, el gran profeta del poder americano", escrito por Edward Luce, quien encabeza el buró en Washington del diario inglés Financial Times.
Brzezinski pronosticó la implosión de la Unión Soviética, posición que lo enfrentó con Henry Kissinger, su contemporáneo, quien creía que ésta sería una potencia perenne. Fue también crucial en las pláticas de Camp David entre Israel y Egipto, y en el establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y EU.
Leer la biografía de este inmigrante polaco, que llegó a ser consejero de Lyndon B. Johnson y asesor de Seguridad Nacional de Jimmy Carter, nos recuerda el importante perfil de expertos que hoy brillan por su ausencia en el Gobierno de EU, cuando ese país enfrenta uno de los dilemas internacionales más complejos de los que tenga memoria.
Hoy el equipo de seguridad nacional de Trump apenas cuenta con políticos como Marco Rubio, quien ha estado en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, pero que está lejos de ser un experto, y con un comentarista de Fox que hace las veces de Secretario de Defensa.
En campaña, Trump prometió sacar a EU de guerras distantes para enfocarse en "volver a hacer grande a EU". Nos recuerda a otro mandatario republicano, George W. Bush, quien se comprometió a blindar a ese país de ataques externos, prometiendo evitar involucrarse en conflictos internacionales.
Siete meses después de tomar posesión, el ataque a las Torres Gemelas fue un rudo despertar que "forzó" a ese país a incursionar en Irak y Afganistán.
Trump aspiraba a ser el gran pacificador que negociaría el fin del conflicto entre Rusia y Ucrania, y que volvería a la negociación con Irán para evitar su acceso a armas nucleares (después de haber sacado a EU del acuerdo negociado por Obama, en su primer mandato).
Fracasó en el primero, e Israel acaba de descarrilar su esfuerzo diplomático para el segundo. Resulta ahora curioso que quizá la única forma de evitar que, ante el ataque israelí, Irán acelere el enriquecimiento de uranio y desarrolle un arma nuclear, sea metiendo a EU de lleno en el conflicto.
Israel no tiene capacidad para destruir la planta de enriquecimiento de uranio en Fordo, a 80 metros bajo tierra. Requiere de bombas GBU-57 de 13 toneladas, capaces de alcanzar esa profundidad, y de bombarderos B-2 Stealth (no detectables por radares), capaces de cargarlas, ambos en el arsenal de EU.
Si EU no se involucra, corre el riesgo de que Irán acelere el desarrollo de un arma nuclear; si lo hace, estará en el ojo del huracán en un conflicto en Medio Oriente contra una potencia local (de 85 millones de habitantes), poniendo en riesgo sus bases militares en la región y aumentando la posibilidad de ataques terroristas en su propio suelo.
El conflicto entre Israel e Irán puede escalar en muchas direcciones. Irán se quedó sin sus milicias aliadas en Líbano (Hezbollah), Siria y Yemen. Israel ya devastó sus defensas antiaéreas cuando las atacó en octubre.
Podrían no tener mucha opción de represalia más que cerrar el Estrecho de Ormuz (por donde pasa 21 por ciento del petróleo del mundo). La economía mundial resentiría el impacto de precios del petróleo sustancialmente más altos. Eso garantizaría una recesión en Europa y cancelaría cualquier posibilidad de baja en tasas de interés ante el aumento en la presión inflacionaria.
Contra los deseos de Trump, el dólar se fortalecería. En ese entorno, Rusia sería un claro ganador al poder exportar hidrocarburos caros (y México lo sería, si la 4T no hubiera cancelado la reforma energética).
Pero quizá la mayor amenaza a la estabilidad mundial sería que, aun con bombardeos exitosos, sea necesaria una incursión por tierra para verificar que Irán no pueda restaurar su programa nuclear.
Ésta es la mayor amenaza a la estabilidad mundial en décadas. El enfrentamiento entre Israel e Irán, las dos potencias no-árabes en la región, tiene implicaciones existenciales para ambos regímenes y, por lo mismo, tendrá una evolución impredecible.
@jorgesuarezv
Comentarios
Publicar un comentario