Francisco Javier González / El extraño país del futbol Francisco Javier González (16 junio 2025)
Estados Unidos tiene futbol por todas partes, pero en diferentes pistas.
En una de ellas, alberga el primer Mundial de clubes hipertrófico. Europa juega en él contra el resto del mundo sin grandes riesgos de perder su hegemonía.
Para empezar, duplica en número de participantes al que le sigue. UEFA tiene 12, por 6 de Sudamérica. Las demás confederaciones cuentan con 4 plazas o menos.
Existe una lógica: el mejor futbol del mundo se juega en Europa y en el Cono Sur de nuestro Continente. El primero, sin duda alimentado por el segundo. Los futbolistas brasileños, argentinos y uruguayos principalmente, son detectados y comprados cuando aún muerden con dientes de leche. El dinero les viene bien a todas las partes. Las potencias europeas se llevan el talento y la economía familiar de los elegidos da un vuelco cinematográfico.
Las pretemporadas de muchas potencias europeas ahora suplen el trabajo de playa y montaña por partidos de exhibición a destajo. Se ha normalizado ver pasear las más poderosas franquicias europeas por capitales que se intentan hacer futboleras a punta de sus visitas.
El siguiente paso para injertar de una vez por todas el futbol en terrenos que pertenecen hace más de un siglo a otros deportes, es llevarle partidos de verdad.
Ya no son juegos amistosos plagados de suplentes, sino duelos en los que se juega un trofeo, bolsas millonarias y un pedazo de prestigio. El Mundial de clubes en desarrollo y la Copa del Mundo del próximo año hacen escala histórica en tierra de otros.
La competencia es entonces dispareja en número y posibilidades. Un recuento ofrecido por el diario El País nos recuerda que en los últimos 17 años solamente un equipo sudamericano, Corinthians en 2012 con gol de Paolo Guerrero, le ganó un Mundial de Clubes a un europeo, el Chelsea.
Imposible saber si el torneo será tan exitoso como se pretende tanto en lo deportivo como en lo económico. La preocupación por algunos estadios semi vacíos, la situación de los inmigrantes y los precios de los boletos, ajustados a la baja ya en algún caso, podrían ser un mal pasajero si el certamen calienta.
Otra pista, instalada en el lado contrario del país, es menos ostentosa. No es de clubes, sino de selecciones nacionales y pese a su antigüedad, carece del mismo oropel.
Ahí se sabrá quién sigue mandando en la colonia. Los dos de siempre o algún emergente. La trascendencia es limitada porque abarca solamente el orgullo de una región que no pinta.
Salvo el partido que jugaron México y Dominicana el fin de semana con más de 50 mil espectadores, las tribunas han estado desoladas. Estados Unidos, presente en San José para destrozar a la penosa Trinidad y Tobago, apenas fue atendido.
La temporada de la MLS no se suspendió. Sigue su marcha, fiel a su calendario y su crecimiento innegable. Es la tercera pista. Mucho futbol. Todo el del verano, en un solo país que jamás pensó con tantos goles.
X: @FJG_TD
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