David Faitelson / Un futbol sin esencia... David Faitelson (24 junio 2025)

 Finales del siglo XIX. Cuando el número de equipos de obreros ingleses crecía de manera apresurada y ya habían pasado algunos años desde que el albañil escocés Fergus Suter firmó con el Partick FC como el primer futbolista profesional de la historia, los dirigentes de la naciente FA (Football Association) se vieron en la necesidad de ordenar a los clubes. A partir de ahí, en 1888, se generó un sistema de ascenso y descenso entre categorías, la base, la esencia de lo que hoy conocemos como futbol competitivo.

Lo que los ingleses construyeron hace casi 140 años, fue "destruido" en apenas 28 minutos, en el inicio de la primavera del año 2020, en una conferencia vía Zoom, donde los dueños de clubes votaron por abolir el ascenso y el descenso del futbol mexicano.

Hacía tiempo que no era testigo de tanto júbilo por el ascenso de un club a la Primera División. Es como si hubiésemos reflejado nuestros anhelos rotos en lo que ha logrado el Real Oviedo, en España. Hemos perdido la dimensión de lo que en el futbol es una práctica tan natural como ganar o perder, ascender o descender.

Lo más irónico del asunto es que el Oviedo ha consumado su regreso a la máxima categoría del futbol español amparado en el trabajo de una empresa 100 por ciento mexicana.

Jesús Martínez y el Grupo Pachuca lo han hecho posible, con una buena administración de recursos humanos y económicos y mostrando que subir o bajar de categoría es una esencia misma del juego. Algunos minutos después de consumada la hazaña del club asturiano, la Federación Mexicana de Futbol publicó en su cuenta de "X" una felicitación al Real Oviedo y a sus dirigentes. Pareciera que "el chiste" se cuenta solo.

Hace ya casi 6 años y tomando como pretexto "la pandemia", el futbol mexicano tomó la decisión más triste de su historia: restarle una presión competitiva a la Liga de Primera División y aniquilar la Segunda. El daño ha sido cuantitativo, no sólo para los futbolistas y los entrenadores, también para aficiones y plazas.

Pero...¿cuál es el verdadero motivo en la toma de esta decisión? La realidad es que el impacto por el Covid-19 sólo les permitió -a la mayor parte de los dueños de clubes- acelerar el proceso. Ya desde antes se planteaba la posibilidad de "blindar" a las franquicias para no perder el valor de las mismas en un eventual fracaso deportivo.

El precio de un club en Primera División en comparación con lo que costaría en Segunda División es dramáticamente inferior. Ellos, los dueños, decidieron protegerse por cualquier eventualidad. Atrás, quedaron también los "peligros" de que el "dinero sucio", tan presente en los negocios de nuestro País, se introdujera a la industria. Ese pretexto, quedaba como "anillo al dedo".

En algún momento, los grandes ideólogos de la abolición del descenso y del ascenso -fuentes dicen que, entre otros, destacaban Alejandro Irarragorri (Orlegi) y Jorgealberto Hank (Caliente)- argumentaban la necesidad de inclinarse más por el modelo estadounidense -la MLS- que por el resto de las maneras competitivas de las ligas en el mundo. El futbol de Estados Unidos funciona, como todos los deportes de ese país, una liga sin descenso, pero con la posibilidad de ascender vía una liga de expansión. Eso es lo mismo que hicieron en México.

Mikel Arriola, el nuevo comisionado del futbol mexicano, me confiaba hace un par de semanas que el ascenso deportivo podría restablecerse siempre y cuando existan 4 equipos "certificados" y un campeón de campeones. Y que el descenso sólo sería posible el día en que el futbol mexicano ingrese, finalmente, a una economía centralizada.

El problema es que la FMF es quien certifica o no a los equipos de acuerdo a parámetros muy extraños y el tema de una economía central se esfumó porque parte de los propietarios votaron en diciembre contra la propuesta del arribo de un fondo de inversión. Es decir, nuevamente, los intereses particulares se impusieron y el futbol mexicano presentó un "mapa geopolítico" más dividido y debilitado que nunca.

Suspiramos a distancia por lo que pasa en diversos escenarios. Y es que el futbol no puede nunca perder su esencia: Ganar y perder, subir y bajar, sufrir y gozar. A nuestro juego le "amputaron" esos sueños por proteger intereses...

X: @DavidFaitelson_

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