David Faitelson / Lamine y la prisa... David Faitelson (09 mayo 2025)

 Como ocurre casi siempre, tenemos prisa por todo. La de hoy, llevar el nombre de un adolescente hasta los niveles más impactantes del juego en diferentes tiempos. No basta con decir que Lamine Yamal es, a sus 17 años, el mejor futbolista del mundo. Nos urge agregar que tiene mejores estadísticas que Messi y Cristiano a esa edad.

Me parece, primero, una blasfemia y, luego, una irresponsabilidad siquiera proponer dicha comparación o mezclar esa clase de nombres. Yamal es un excelente futbolista, pero luego le faltarán los largos años de continuidad, de regularidad, de títulos a nivel colectivo e individual para tratar de acercarse a lo que han propuesto en los últimos tiempos Messi y Cristiano.

Más allá de las estadísticas, lo que más sorprende de este maravilloso adolescente es su capacidad para verse en la cancha como si fuese un veterano consagrado.

La forma en que adquiere responsabilidades sobre el juego, la manera en que toma decisiones en momentos sublimes y hasta la forma en que reacciona ante los aficionados y los medios mantiene boquiabiertos a los expertos, y nos hace pensar que Yamal está concebido para ser uno de los mejores.

Pero hasta ahí, nada más. Hay que pisar el freno y poner también el de mano, por si las dudas.

Los momentos más complejos están por llegar y no solo dependerán de su físico -de la forma en que lo desarrolle y cuide- sino de su fortaleza mental.

El mejor ejemplo de un futbolista que pudo ser más y no fue ocurrió en ese mismo club, el Barcelona, hace no demasiado tiempo.

Todos suponíamos que la carrera de Neymar estaba destinada a llevarlo, algún día, a la "mesa privilegiada" de brasileños como Ronaldo, Ronaldinho, Romario y Rivaldo; o incluso a "la mesa más sagrada del futbol", donde deben estar Messi, CR7, Maradona, Pelé, Cruyff, Zidane, Be-ckenbauer, Di Stefano y algunos más.

¿Y qué sucedió? No sucedió. Ese es el problema. Cuando Neymar tuvo que afrontar otro tipo de presiones y obstáculos de la alta competencia, se quedó varado en lo que pudo ser.

Recuerdo otro ejemplo, aunque en menor escala, cuando volvíamos de Lima, Perú, con la Copa de Campeones del Mundo Sub 17, pensábamos que habíamos descubierto al jugador que iba a cambiar la historia del futbol mexicano.

Giovanni dos Santos lo tenía todo, en apariencia: calidad, personalidad, inteligencia para jugar, un físico apropiado y, al final, lo único que la faltaba era mentalidad.

Empezó ahí mismo, en Barcelona, y luego subió a un tobogán que incluyó Inglaterra (Tottenham), Turquía, varios equipos en España, la MLS y el América.

El sueño de Giovanni y, de paso, el del futbol mexicano terminó abruptamente a los 32, 33 años, entrenando solo en los Viveros de Coyoacán.

Cuando me muestran un video de lo que hace actualmente Yamal, les muestro otro de lo que hacia Pelé a esa misma edad.

Y enseguida la objeción, es que el futbol de hoy es más competitivo que aquel. Puede ser, pero estoy seguro de que Pelé se hubiese adaptado, sin tantas complicaciones, a este juego también.

Pero más que el ritmo del futbol es la prisa por la vida lo que domina hoy. Una prontitud por ver quién será la siguiente gran figura del futbol.

Ustedes perdonarán, pero a los 17 años todo está por escribirse...

X: @DavidFaitelson_

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