Ni a Judas lo detestan como a Martín Anselmi.
En cuestión de días, la afición de Cruz Azul (y uno que otro metiche) no solo bajó del altar al técnico argentino, sino que si pudiera lo mandaría a la hoguera.
Y es que ahora resulta que Anselmi es todo lo que está mal. Algunos aficionados hasta presumieron en el Estadio Olímpico Universitario una pancarta con la figura del DT peruano Juan Reynoso, quien les dio la Novena, pero al que nunca, nunca quisieron tanto como a Anselmi.
Incluso algunos analistas que hace semanas se desvivían en elogios hacia el DT argentino ahora lo tachan casi casi de ser un "gana-nada".
Entiendo que no hayan gustado las formas del timonel, pero de eso a que hoy muchos invaliden su aporte al Cruz Azul hay un gran trecho.
Es la clásica ruptura, cuando para superar el duelo el que estaba más enamorado se empeña en ver defectos en donde antes solamente veía virtudes.
Y por todos lados se filtran versiones de todo lo malo del argentino, tantas que parece que ni el Diablo es tan maloso.
Anselmi siempre fue el más ovacionado cada que Cruz Azul jugaba como local, bueno, hasta le compusieron un cántico.
No sé si todos los que hoy lo acribillan rechazarían sin pensarlo una oferta como la que recibió del Porto, pero lo que sí sé es que esta es una muestra más de que todos los extremos son malos.
MISMAS MAÑAS
Dicen por ahí que, el que la hace una vez, la hace dos veces.
Tal vez no muchos se acuerdan que Martín Anselmi llegó a Cruz Azul de una manera muy similar a como está arribando al Porto.
A finales del 2023, el argentino tenía contrato vigente con el Independiente del Valle de Ecuador y se encontraba en la víspera de disputar una Final.
Aún así, no tuvo problema en comenzar pláticas con La Máquina, a pesar de que en tierras ecuatorianas su entorno aseguró que no había ningún tipo de negociación.
Bueno, pues resulta que Anselmi dirigió aquella Final ya apalabrado con Cruz Azul y, por cierto, la perdió.
Poco más de un año después, el sudamericano hizo exactamente lo mismo, pues en noviembre su entorno comenzó las conversaciones para pactar su posible arribo a Portugal.
Así que al interior de la institución celeste no les debería haber sorprendido tanto las malas formas en las que el estratega planeó su partida, negociando por los oscurito, pues les aplicó lo mismito que al Independiente del Valle.
La diferencia es que Cruz Azul sí pagó en tiempo y forma la cláusula de rescisión del DT, mientras que Porto se ha negado a pagar en su totalidad los 5 millones de dólares que estipula el actual contrato del argentino.
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