BENCHMARK / Ahí viene el madrazo Jorge A. Meléndez Ruiz (26 noviembre 2024)

 

Ignorar a la lógica termina por cobrarte la cuenta.

Y la 4T lleva un sexenio ignorando a la lógica económica.

Te propongo que en el mediano plazo la única forma de lograr que el presupuesto de egresos de cualquier gobierno crezca sin acumular cuentas por pagar es a través del crecimiento económico.

Si el presupuesto crece y crece mientras que la economía se estanca (o crece poco) estás cocinando una crisis, que ya se asoma.

Te lo compruebo con dos datitos:

1. El presupuesto de gastos del gobierno federal creció 75% entre el 2018 y 2025, el primer año de CSP.

2. La economía con AMLO apenas creció 0.8% compuesto anual, para totalizar un mísero 4.9% en el sexenio. Ah, y como referencia, Estados Unidos creció al 2% anual en este periodo.

Esta inercia choca en el presupuesto 2025 que busca recortar casi a la mitad el déficit público de casi 6% del PIB del 2024.

No estará fácil, hay pocos grados de libertad: deuda y pensiones representan el 32% del gasto programado y los apoyos sociales agregan un 9% adicional. Estos 3 rubros suman entonces 41% del gasto presupuestal, 8 puntos porcentuales más que el último año de Peña.

¿Cómo plantea el gobierno cortar el déficit?

"Con un presupuesto que raya en lo fantasioso", como bien dijo una conocida analista en un grupo de WhatsApp.

Totalmente.

Quizá la principal fantasía es el supuesto de crecimiento económico.

La 4T lo sitúa en un rango de entre 2 y 3% (2.3% en su pronóstico unitario). ¡Ja! El promedio de la encuesta de CitiBanamex lo ubica en 1.2% mientras que el FMI lo sitúa en 1.3%.

¿Por qué esta fantasía sobre el crecimiento? Porque si no, al gobierno no le saldrían las cuentas de recaudación. Así de fácil es la "solución". O, bueno, así de difícil... porque por supuesto que el crecimiento no será de 2.3%... y por supuesto que el déficit no se recortará a la mitad.

El otro gran problema de los presupuestos de la 4T es que el gobierno gasta muy mal. Cuando tienes astringencia económica en una empresa, o donde sea, debes gastar bien, debes cuidar la plata.

En cambio, el gobierno le apuesta a proyectos de poca rentabilidad económica y social, como los trenes (relee "Los trenes de Claudia") que llueve truene o relampagueé se construirán.

Y, bueno, está la peor apuesta de la 4T: seguirle inyectando (tirando a la basura) carretadas de dinero a Pemex sin someterla a una dieta rigurosa. El sexenio pasado recibió apoyos (directos y condonaciones) por 1.8 billones (millones de millones) de pesos... sin resultados. Apúntale para 2025 apoyos por 136,000 millones de pesos... ¡ah, y otros 136,000 milloncitos para la enorme cuenta de Dos Bocas! Madre mía.

Para cuadrar las cifras se contemplan enormes recortes en servicios básicos, como 34% menos para la Secretaría de Salud, -39% en Medio Ambiente e, increíble, -36% en Seguridad Pública.

¿Qué anticipa este desmadre?

Que ahí viene un madrazo, ya sea con una reforma fiscal para los mismos de siempre (el 44% de los contribuyentes que pagamos impuestos) o bien con una crisis económica, incluido un fuerte ajuste al tipo de cambio.

Me detengo en el tipo de cambio para hablar de oootra amenaza más: las inversiones extranjeras en cartera, que totalizan algo así como 100,000 millones de dólares. Capitales que apuestan a México por las altas tasas de interés y por una estabilidad cada vez más en duda.

Moody's recién lanzó una alerta con la baja de perspectiva en la calificación de nuestra deuda soberana. Aunque aún estamos lejos del grado basura, las calificadoras llevan tiempo avisando: tienen problemas. Sin cambios, sería cuestión de tiempo para que nos bajen a nivel "junk". Y, OJO, porque si dos calificadoras lo hacen, muchos fondos de inversión ya no podrían invertir en deuda mexicana. Esto sería catastrófico.

Todo esto es de manufactura interna. Falta agregar a este coctel venenoso las amenazas que traerá Trump para nuestra estabilidad económica... y los peligros latentes en la geopolítica global.

La fantasía es bonita en un cuento... pero para un país tarde o temprano se convierte en una historia de terror.

Tarde o temprano termina en un madrazo.

EN POCAS PALABRAS...

"No tengo tiempo para una crisis, mi agenda está llena".

Henry Kissinger

reforma@reforma.com

Twitter: @jorgemelendez

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