BENCHMARK / Las señales de Claudia Jorge A. Meléndez Ruiz (29 octubre 2024)
El martes 4 de junio te propuse esperar a las acciones que Claudia tomaría ya sentada en La Silla para ver quién está detrás de la máscara que portó en su campaña (relee "La máscara de Claudia").
Bueno, pues tras casi un mes de estar operando, para mí ha mandado señales mixtas, tendiendo a malas.
Me gusta su enfoque a la mujer, que haya menos histrionismo y un mayor sentido práctico (lo que, OJO, puede ser bueno o malo).
En el anverso, la señal más mala es su defensa de la reforma judicial y, sobre todo, su actitud sobre la posible revisión de la Corte.
"A la transformación, que es una decisión del pueblo de México, no la pueden parar 8 ministros de la Suprema Corte de Justicia", dijo.
¡Madre mía!
Por supuesto que me parece terrible que la Presidenta defienda la reforma (relee "Destrucción estúpida"), pero pues a ella le parece buena. Lo que de a tiro no entiendo es su actitud frente a la Ley.
Es muuuuy preocupante que la máxima autoridad de poder ejecutivo adopte y repita esa máxima de YSQ: "¡no me vengan con el cuento de que la Ley es la Ley!".
Con esta actitud, Sheinbaum encabeza una morenato (con minúsculas) que conduce al autoritarismo. Gravísimo, porque que no te quepa la menor duda: si el poder ejecutivo desecha leyes y sentencias que no le gustan, quedaremos sujetos a la magnanimidad presidencial.
Hace 3 meses te propuse también aquí que habría que prestarle gran atención a las señales de Claudia sobre Pemex y CFE.
Iniciemos con Pemex, que ya sabemos es un desastre financiero y operativo, pues a pesar de recibir en el sexenio pasado apoyos por 1.8 billones de pesos (millones de millones), bajó su producción petrolera 11%, estancó su producción de gas y subió 34% las importaciones, mantiene un desastre en refinerías que operan al 50% y producen 32% de combustóleo y, finalmente, sigue siendo la petrolera más endeudada del mundo.
¿Y qué propone la Presidenta?
¡Que Pemex se quede chiquita! Estacionar su producción de petróleo en 1.8 millones de barriles diarios (hoy produce 1.5 millones).
Escudándose en la ecología, no buscaremos producir más petróleo o gas. Perfecto, pero OJO, esto implica al menos un par de cosas:
1) Desperdiciar la oportunidad del shale y aguas profundas. Como referencia, entre 2008 y 2023 Estados Unidos multiplicó por dos su producción de gas y por 2.6 la de petróleo, pasando de importar 11 millones de barriles de petróleo diarios a exportar 1.8 millones.
2) Pemex necesita reformarse. Imagina, Chevron con el 30% de los empleados de Pemex produjo en 2023 la misma cantidad de petróleo, el doble de gas natural y 3.3 veces más gasolinas y diesel.
Pemex requiere eficiencia y para lograrla hay dos vías: aumentar productividad o recortar personal y gastos.
Al abandonar la vía de crecer su producción, sólo queda buscar sanear a nuestra gorda con un enorme recorte de gastos y personal.
Claudia no tiene esto en su radar. Una pésima señal que anticipa que Pemex seguirá siendo un megalastre sexenal.
Respecto a CFE, permanece la meta artificial de que produzca 54% de la electricidad. Y para lograr esto también hay dos caminos.
Si quieren que lo haga la CFE sola estamos fregados (es otra palabra en realidad). La 4T nos ha demostrado que son malísimos para construir generadoras y líneas de transmisión. Ah, ¡y no tienen plata!
Queda la segunda vía, regresar a un pasado que sí funcionó: los productores independientes de (ironía) Zedillo. O sea, concursar centrales eléctricas para que las construya la IP y que la CFE las arriende. Por cierto, eso exactamente hizo AMLO con las plantas de Iberdrola.
Creo que Claudia elegirá esta opción. Creo que la racionalidad triunfará sobre la ideología setentera de la "soberanía nacional".
¿Qué otras señales de Claudia me preocupan? Parece que le gusta el gobierno empresario (relee "¿Gobierno, S.A.?"), su insistencia en apostarle a trenes de pasajeros (relee "Los trenes de Claudia") y su tendencia a "enfrentar" los problemas con declaraciones simplonas e insultos.
Habrá que seguir prestando atención a estas señales, pues son las que nos indicarán nuestro destino.
EN POCAS PALABRAS...
"Si no cambiamos de dirección llegaremos a donde vamos".
Irwin Corey,
actor estadounidense.
benchmark@elnorte.com
Twitter: @jorgemelendez
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