Jorge Suárez-Vélez / Sólo queda la realidad Jorge Suárez-Vélez (29 agosto 2024)
Jorge Suárez-Vélez / Sólo queda la realidad
Las elecciones tienen consecuencias. El vencedor puede aprovechar un resultado abrumador para tender puentes hacia 40 por ciento de los electores que les negaron su voto, para fomentar unidad, buscar propósitos comunes, o usarlo como enorme piedra de demolición para ajustar cuentas y vengar afrentas.
En el extremo, puede interpretar su "mandato" para hacer o deshacer a placer. La 4T opta por ésta.
Morena pretende darle la puntilla a una oposición aturdida tras la derrota, pero de paso, imponiéndole una arbitraria sobrerrepresentación, que ignorará lo que diez millones de mexicanos expresaron en las urnas. La democracia queda herida de muerte, aunque las plumas vendidas (y desesperadas por conseguir hueso) afirmen lo contrario. Décadas de logros se revierten.
Los órganos autónomos desaparecerán, víctimas de la arrogancia e ignorancia de los vencedores que no comprenden su importancia. No sólo son contrapesos que forzaron al poder a reconsiderar políticas públicas nocivas, o que ahuyentarían a la inversión privada, son vehículos que les quitan ruido político a decisiones técnicas -IFT, CRE-, que protegían derechos individuales -INAI, CNDH- y que evitaban prácticas monopólicas que lastimaban a las familias (Cofece).
En su rabiosa prisa por amordazar voces críticas, AMLO protesta contra entidades internacionales que apoyan a ONGs en México, se pelea con "las embajadas" de EU y Canadá, hace rabietas contra la prensa extranjera que advierte el grave peligro implícito en la reforma judicial que él impone y presiona a medios para que purguen a quienes osaron criticarlo.
La 4T quiere cámaras de eco que repitan sus mentiras y espejismos. La aquiescencia de medios da náusea, y la de comunicadores pena.
AMLO ha dicho decenas de miles de mentiras, ninguna tan falsa como que "la venganza no es lo suyo". El hilo conductor de tantas barbaridades es su obsesión por ajustar cuentas, por vengarse de quien lo cuestionó. La historia pondrá sus patologías en perspectiva.
México disfruta condiciones exógenas que nos benefician, pero que están lejos de ser mérito propio. Primero, la reubicación de cadenas de suministro -el nearshoring- proviene de dos factores en los que no influimos: el conflicto comercial -y potencialmente más que eso- entre China y EU, y el impacto de la pandemia en éstas, que llevó a reevaluar la proximidad geográfica entre centros de producción y de consumo. México tiene ventaja geográfica, y por llevar 30 años integrando cadenas de suministro con EU.
Además, a pesar del deterioro de algunos indicadores -crecimiento, productividad, déficit público, endeudamiento, caída en la producción petrolera, deterioro de la infraestructura- México es una de las casas menos deterioradas en un barrio maltrecho. Las crisis en otros países de América Latina nos favorecen por comparación. Y no hay que olvidar que este gobierno recibió un montón de "guardaditos" que ya no están. El entrante no tendrá ese amortiguador.
Por último, nos ha beneficiado el vigoroso crecimiento de EU, 2.7 veces el nuestro y, por mucho, el más robusto de una economía industrializada desde la pandemia. Goza los niveles de empleo más altos en medio siglo y de vigorosa demanda interna.
Lo primero favoreció a nuestros migrantes, cuyo ingreso promedio creció y se tradujo en más remesas. Lo segundo generó demanda por nuestras exportaciones. Ambos factores fortalecieron al peso. Ahora viene un mundo con menos crecimiento y más proteccionismo, que tendrá que pagar el alto costo de descarbonizarse.
Éste es el peor momento para restarles certidumbre a inversionistas nacionales y extranjeros, desmantelando nuestro -de por sí frágil- Estado de derecho. Sin inversión privada no habrá crecimiento, sin crecimiento será muy difícil enfrentar nuestro altísimo déficit (6 puntos del PIB) y deuda pública.
Será difícil cubrir los carísimos programas sociales que hereda este gobierno y seguir subsidiando a Pemex, que tan sólo en 2026 enfrentará pagos por 26 mil millones de dólares por su elevada deuda (de más de 5 por ciento del PIB).
El único contrapeso que sobrevive es el más cruel de todos: la realidad.
@jorgesuarezv
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