Roberto Gómez Junco / Acierto mediático Roberto Gómez Junco (24 julio 2024)

 

Por tercera ocasión tomará Javier Aguirre las riendas de la Selección Mexicana.

En la primera, después de resolver aquella apremiante eliminatoria concakafkiana rumbo al Mundial de 2002, con Aguirre la escuadra tricolor tuvo en Corea y Japón el más convincente de sus desempeños en una Fase de Grupos -sendas victorias sobre Ecuador y Croacia, y un memorable empate ante Italia-, aunque dicho desempeño quedara después opacado por la decepcionante actuación ante la escuadra estadounidense en los Octavos de Final.

Ocho años después se produjo el regreso de Aguirre a una Copa del Mundo -pasando nuevamente por la fase eliminatoria-, y después de una resonante victoria sobre los franceses en la Fase de Grupos de Sudáfrica 2010, el conjunto tricolor volvió a sucumbir en los Octavos ante el poderío argentino.

Ahora, pasados 14 años, el famoso "Vasco" llega en muy distintas condiciones, a 22 meses y medio de la Copa del Mundo y con el boleto asegurado. Sin necesidad de pelear por conseguirlo y con la ventaja de ser local en dicho evento, pero con un margen de maniobra más reducido si consideramos el modesto material futbolístico que tendrá a su disposición.

Resultan incuestionables las calificaciones de Javier Aguirre como director técnico -por mucho el entrenador mexicano con mayor reconocimiento a nivel internacional-, como también son indudables los méritos de Rafael Márquez, flamante integrante de ese revitalizado cuerpo técnico.

Si los inefables hombres de pantalón largo son los principales responsables de la deficiente producción de futbolistas mexicanos de élite, que por lo menos al momento de elegir al director técnico del Tri se olviden de inventos e improvisaciones y se remitan a lo seguro, a lo "políticamente correcto", como en esta ocasión terminaron por hacerlo al recurrir a las figuras de Aguirre y de Márquez.

Un oportuno acierto en términos mediáticos, que de aquí al Mundial 2026 garantiza el incremento del enorme negocio, de por sí garantizado a pesar de los pesares.

A partir de ahora, con la tradicional facilidad irá siendo inflado el globo tricolor, debidamente exprimida la generosa "gallina de los balones de oro".

Lo difícil, lo casi imposible, será que crezca sustancialmente el futbol desplegado por una Selección Mexicana con evidentes limitaciones, con un potencial cada vez más reducido por obra y gracia de la magra producción de jugadores y de las centaveras decisiones desde siempre tomadas por los mandamases de nuestro maltratado balompié.

En términos de venta del suculento producto, la contratación de Javier Aguirre como director técnico y de Rafael Márquez como uno de sus asesores es un acierto indudable, aunque en términos futbolísticos no haya mucho por dónde mejorar, ni cómo ni con qué.

Pero habrá que intentarlo.

X: @rgomezjunco

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