Jorge Suárez-Vélez / Telenovela electoral Jorge Suárez-Vélez (25 julio 2024)
Jorge Suárez-Vélez / Telenovela electoral
en EL NORTELa elección en EU ha dado fuertes vuelcos desde el 30 de mayo, cuando Trump fue encontrado culpable de comprar el silencio de una actriz porno con la que tuvo relaciones mientras su esposa actual estaba embarazada. Suena a guión de telenovela chafa. Cuatro semanas después vino el desastroso debate que evidenció el desplome funcional del Presidente y, ya en este mes, la Suprema Corte le dio amplia inmunidad a Trump, ocurrió el atentado contra su vida, el perdón por la posesión de documentos altamente confidenciales (incluyendo algunos cruciales para temas de seguridad nacional), se nombró a JD Vance candidato a la vicepresidencia ese mismo día, y ahora la decisión del Presidente de suspender su campaña para la reelección. Esta rápida sucesión de eventos con peso histórico es el preámbulo de lo que nos espera de aquí a la elección el 5 de noviembre.
Lejos de lo que se dice, las élites no tomaron la decisión de bajar a Biden como candidato demócrata a la Presidencia, fueron los electores quienes lo manifestaron en encuestas y grupos de enfoque. La brecha con Trump se volvía irremontable, no sólo en seis de siete estados bisagra donde Biden se impuso en 2020 -Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Arizona, Nevada, Georgia- sino que incluso se cerraba en estados tradicionalmente demócratas, como Minnesota, Nueva Hampshire y Maine. Esa brecha se reflejaría en las Cámaras.
Los demócratas están pagando caros errores que amenazan con repetir. Desde la elección de Hillary Clinton como candidata presidencial, en un proceso que fue más una coronación que una elección primaria, resguardaron a la ex primera dama de una contienda que hubiera tenido dos consecuencias positivas: la hubiera forzado a debatir y competir contra precandidatos fuertes, y le hubiera dado al partido la oportunidad de detectar talento. El error se repitió para la reelección de Biden que no estaba originalmente programada. El octogenario Presidente siempre dijo que no buscaría la reelección, dada su edad, y que sólo sería el puente para una nueva generación de líderes demócratas. Ahora, lo será en condiciones que están lejos de ser las ideales.
En 2020 se optó por Kamala como candidata a la vicepresidencia más por su género y origen racial, que por su mérito. Había fracasado rotundamente en la primaria, donde nunca llegó a dos dígitos de apoyo. Previamente, ganó por menos de un punto la Procuraduría General de California. Los demócratas querían la óptica de Kamala con Biden, sabiendo que elegían a una VP que quizá reemplazaría a un Presidente que tiene 81 años.
Ahora, nuevamente optan por una candidatura por aclamación cuando -en mi opinión- deberían dejar que los delegados estatales elijan a quien ofrezca la candidatura más competitiva en una Convención Demócrata abierta, el 19 de agosto en Chicago. Harris quizá acabaría ganando, pero le vendría bien el fragor de la contienda, y se podría calar a media docena de candidatos potencialmente competitivos, potencialmente premiando al mejor con la candidatura a la vicepresidencia. Se sentaría un precedente democrático valioso.
Kamala Harris cargará los lastres que afectaban a Biden: crisis migratoria, inflación y conflictos internacionales, en ese orden. Presenciaremos también la campaña negativa más racista y misógina que los republicanos desatarán contra ella. Desafortunadamente, tiene flancos frágiles. No es más competitiva que Biden en las encuestas. Sus posicionamientos políticos están a la izquierda de los de éste, cuando urge atraer a electores independientes y moderados. Ha tenido una rotación constante y preocupante en su equipo. Y no tiene el atractivo de Biden para votantes blancos, retirados, cruciales en el Midwest lleno de estados bisagra. Aporta, por otro lado, entusiasmo entre negros, jóvenes y mujeres cuando el tema del aborto será el talón de Aquiles republicano.
Falta mucho tiempo para noviembre y hay que considerar el masivo voto anti-Trump, pero la victoria de éste es probable, aunque será una contienda mucho más cerrada y competitiva a nivel legislativo. México tiene que prepararse para lo que eso implica.
@jorgesuarezv
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