David Faitelson / Casi un 'milagro' David Faitelson (26 julio 2024)
Para un País tan alejado de una estructura y un sistema deportivo de primer mundo, los resultados de los atletas mexicanos suelen ser un verdadero milagro. Y eso que los "milagros" en el deporte no existen o cada vez existen menos.
México desfilará esta mañana con 107 atletas "flotando" sobre el Sena, la mayor parte de ellos, están aquí, por grandes y loables esfuerzos individuales y/o por la ayuda que reciben de sus familiares, amigos y, en algunos casos, por la asistencia de la iniciativa privada.
El deporte no es ni ha sido prioridad en el mandato del Presidente López Obrador, a pesar de que nuestra alguna vez heroína atleta, convertida hoy en una maravillosa política de la 4T, afirme que este mandato ha sido el que más recursos ha destinado a la actividad deportiva de alto rendimiento.
Es una realidad: México ha tenido una desaceleración en éxitos olímpicos desde los Juegos de Londres 2012, donde la delegación obtuvo 8 medallas, entre ellas, el rimbombante oro en el futbol masculino.
Cinco preseas en Río 2016 y otras 4 en Tokio 2020, sin que ninguna haya sido de oro.
La ultima presea dorada se refiere al citado futbol de Londres y en el plano individual, a la cosecha del taekwondo -María del Rosario Espinosa y Guillermo Pérez- en Beijing, hace ya 16 años.
Las expectativas aquí en Paris deben ser limitadas. En una estimación que hace la revista estadounidense Sports Illustrated auguran seis preseas para México en París 2024: Alejandra Valencia, tiro con arco individual. Carlos Sensores, taekwondo. Osmar Olvera, trampolín 3 m. Emiliano Hernández, pentatlón. Daniela Souza, taekwondo. Marco Verde, boxeo. Y está bien.
Es un presagio sensato sobre la realidad del deporte mexicano. Otro tipo de panorama, uno mucho más abierto y ambicioso, destacaría unas cuantas medallas más.
Pero yo siempre lo he creído. En los Juegos Olímpicos existen imponderables. Un buen día, un mal día, una distracción o cierto detalle es capaz de marcar la diferencia entre el podium o una actuación regular.
Algo así ocurrió hace 24 años, cuando Soraya Jiménez ganó la presea dorada en la halterofilia de Sydney. Ella estaba presupuestada para competir entre las 8 mejores. Terminó quedándose con uno de los oros más sorpresivos y atesorados en la historia olímpica mexicana.
Competir... ésa debe ser la misión de un deporte siempre en estado emergente y sin un sistema apropiado para generar los resultados que le corresponderían a un País de esta dimensión.
Podemos, siendo positivos, pensar que habrá más medallas: tenemos al mejor equipo de clavados en la historia olímpica mexicana; otro conjunto sólido en tiro con arco y dos fuertes cartas en taekwondo.
Alexa Moreno terminó cuarta en salto de caballo en Tokio y llegará con mucha experiencia a su última cita olímpica.
El equipo de natación artística, envuelto en una polémica con la Federación Mexicana de Natación y con la Conade, puede darnos una gran sorpresa.
El golf tiene exponentes competitivos y aunque el atletismo lleva años siendo un desastre, hay cierta posibilidad de que Alegna González pelee por medallas en los 20 kms y en la prueba mixta.
Emiliano Hernández, uno de nuestros abanderados, está ranqueado entre los mejores pentatletas del mundo. El boxeador Marco Verde puede acercarse a las medallas en una disciplina donde México dejó de ser protagonista hace ya algún tiempo.
Sigo sin entender, por cierto, a qué vienen Ana Guevara y todo su equipo de trabajo a París. La Delegación Mexicana está en manos del Comité Olímpico Mexicano que es el órgano que reconoce el COI. Ya la Conade repartió el dinero de nuestros impuestos en la preparación de los atletas.
¿A qué vienen a París? ¿A gastarse la plata que, supuestamente, no sobra para los deportistas?
Los atletas mexicanos salen a competencia en la justa olímpica. Habrá que exigirles de acuerdo a lo que tienen. Creo que cualquier resultado, ante las condiciones que les rodean, es, casi, un milagro.
X: @DavidFaitelson_
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