Dominguero: Poderoso caballero Don Dinero San Cadilla Norte
Han pasado casi 17 años desde que el Pachuca ganó la Copa Sudamericana.
Han transcurrido ocho años desde que un club mexicano llegó a la Final de la Copa Libertadores por última vez, cuando aquellos Tigres cayeron ante River.
Antes, Cruz Azul y Chivas se quedaron cerca de coronarse, en 2001 y 2010, respectivamente. Y en la Sudamericana, Pumas también disputó una Final en 2005 y el América otra en 2007.
Incluso, hubo una época en la que los clubes mexicanos disputaban la entonces llamada Copa Merconorte y algunos como Santos, Necaxa y Chivas jugaron Semifinales ante equipos de Colombia, Ecuador, entre otros.
La cosa es que de 1998 a 2016, en distintos escenarios, los clubes mexicanos tenían la posibilidad de competir ante equipos sudamericanos y hasta vencerlos.
Los mismos años que los sudamericanos nunca dejaron de tratar a los mexicanos como invitados o, mejor dicho, casi como un mal necesario para captar mejores patrocinadores.
Por reglamento, era imposible cerrar una Final en casa, las condiciones siempre eran adversas desde el sorteo y los viajes, y hasta el arbitraje parecía estar manipulado. Todo estaba en contra y aún así eran protagonistas. Había señales de crecimiento.
Durante 18 años, lo que soportaban parecía valer la pena, porque, hay que aceptarlo, deportivamente el roce internacional era bueno.
Pero todo cambió. Hoy en día, los clubes mexicanos aspiran a ganar la Concachampions para ir al Mundial de Clubes y fuera de eso, su "internacionalización" es jugar la Campeones Cup y la Leagues Cup o cualquier cosa que estén por inventar.
Lo curioso es que cada que compiten contra los equipos de la MLS es como visitante, en condiciones adversas y con arbitrajes cuestionables.
Si no era suficiente que la Leagues Cup de este año se jugara en medio del Apertura 2023, los clubes deben sortear la pésima logística de la organización (pregúntenle al León) y arbitrajes paupérrimos (pregúntenle a Chivas).
La salida de los torneos de Conmebol fue por la nueva calendarización que se empalmaba con la de los campeonatos de Concacaf.
Después de siete años, el regreso a Conmebol se ve imposible, porque el calendario es un problema, siempre y cuando no se trate de meter a calzador partidos moleros como la Leagues Cup y el Campeones Cup para "sangrar" al paisano.
Para eso se vale todo, porque en Estados Unidos si cae el billullo que Conmebol no salpica.
Lo más irónico es que dentro del plan para foguear a la Selección Mexicana rumbo al Mundial 2026 se tiene pensado jugar contra equipos "grandes" de Argentina y Brasil. Unos genios.
Una visita especial
Por cierto, hablando de valorar los buenos torneos y dignos contrincantes, bien cabe el comentario sobre la visita que llegará a la Ciudad esta semana. Me refiero al partido del miércoles entre Atlético de Madrid y Real Sociedad en el "Gigante de Acero".
Todavía había muchos boletos disponibles hasta ayer, pese a que hay promociones hasta del 50 por ciento, si tienes un código.
Hace 20 años, cuando el Atlético de Madrid jugó con la Roma, el viejo Tec no lució lleno. Luego volvió al Uni para enfrentar a Tigres con algo mejor, pero sin un lleno.
Así han venido clubes de talla mundial en los últimos 30 años, sin que en la mayoría de los casos los estadios se llenen como cuando viene casi cualquier equipo de la Liga MX para un partido aunque sea Jornada 2.
Ojalá la racita aproveche que vienen figuras y campeones del mundo como Antoine Griezmann (foto) y Rodrigo de Paul, entre otros, para demostrar que, en efecto, ésta es una Ciudad futbolera y no sólo apasionada por sus equipos.
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